domingo, 15 de mayo de 2011

Lugares de interés cultural en la Región de Murcia.

- Muralla Púnica de Cartagena, Siglo II a.C.



La muralla púnica de Cartagena es un yacimiento arqueológico del siglo III a. C. en el que se pueden contemplar las primeras murallas de la ciudad construidas por los cartagineses.
Se trata de un yacimiento de enorme importancia puesto que son uno de los pocos restos de la civilización cartaginesa que quedan en España y son testigo de uno de los episodios más importantes de la Historia Antigua del Mediterráneo: la Segunda Guerra Púnica.

- Muralla árabe de Murcia, Siglo XII


Es la antigua estructura defensiva de esta ciudad, construida durante el reinado del monarca taifa Ibn Mardanis en el siglo XII.
La muralla se mantuvo en uso hasta el final del carácter fronterizo del reino de Murcia en 1488. Posteriormente comenzó una fase de abandono favorecido por el crecimiento de la ciudad. Los viejos muros pasaron a utilizarse en nuevas construcciones edificadas encima, también se reformaron las puertas que daban acceso a la vieja medina, que fueron las últimas estructuras de la muralla en desaparecer, en la segunda mitad del siglo XIX.



- Catedral de Murcia, Siglo XIV - XVI - XVIII


La Catedral de Santa María, más conocida como Catedral de Murcia, es el templo principal y sede de la Diócesis de Cartagena. Se encuentra en pleno casco antiguo de la ciudad de Murcia.
Consagrada en 1465, sufrió varios añadidos (como la torre-campanario) o reformas puntuales (nuevas capillas o fachadas) principalmente en los siglos XVI y XVIII, por lo que integra el estilo gótico original con añadidos renacentistas, barrocos y neoclásicos. Entre sus elementos arquitectónicos destacan la torre, de 95 metros de altura; la fachada principal o imafronte, considerada como una obra maestra del barroco español; y las capillas de los Vélez, de Junterones y del Trascoro.
En la capilla mayor se halla la urna sepulcral donde reposan el corazón y las entrañas de Alfonso X el Sabio.



- Castillo de Lorca 




El Castillo de Lorca (Murcia, España) era una fortaleza de origen medieval construida entre los siglos IX-XV. Comprende una serie de estructuras defensivas que, durante la Edad Media, convirtieron a la ciudad y su fortaleza en un punto inexpugnable del sureste peninsular. El castillo de Lorca fue un bastión clave en las contiendas entre cristianos y musulmanes durante la Reconquista. Se encuentra catalogado como Bien de Interés Cultural.
Por su extensión, 640 metros de largo por unos 120 metros en su punto más ancho, es uno de los castillos más grandes de España.

lunes, 9 de mayo de 2011

Aquiles y su Destino


Aquiles, nieto de Éaco e hijo de Peleo y de la diosa Tetis, fue un héroe de la Guerra de Troya y uno de los principales protagonistas y más grandes guerreros de la Ilíada de Homero. En la célebre obra homérica, Aquiles suele ser calificado como «el de los pies ligeros», ya que se le consideraba el más veloz de los hombres.
Leyendas posteriores (empezando por un poema de Estacio del siglo I) afirman que Aquiles era invulnerable en todo su cuerpo salvo en su talón. Estas leyendas sostienen que Aquiles murió en batalla al ser alcanzado por una flecha envenenada en el talón, de donde la expresión «talón de Aquiles» ha llegado a aludir a la única debilidad de una persona.
Aquiles también es famoso por ser el más hermoso de los héroes reunidos en Troya, así como el más rápido. En su mito es crucial su relación con Patroclo, descrita en fuentes diferentes como profunda amistad o amor.
La Ilíada de Homero es el relato más famoso de las hazañas de Aquiles en la Guerra de Troya. La épica homérica sólo abarca unas pocas semanas de la guerra y no narra la muerte de Aquiles. Comienza con su retirada de la batalla tras ser deshonrado por Agamenón, el comandante de las fuerzas aqueas. Agamenón había tomado a una mujer llamada Criseida como esclava, y el padre de ésta, Crises, un sacerdote de Apolo, le rogó que se la devolviera. Agamenón se negó y Apolo envió una plaga entre los griegos. El profeta Calcante determinó correctamente la fuente de los problemas pero no quiso hablar a menos que Aquiles jurase protegerle. Aquiles así lo hizo, por lo que Calcante declaró que Criseida debía ser devuelta a su padre. Agamenón accedió, pero exigió entonces que la esclava de Aquiles, Briseida, debía dársele como reemplazo. Enfadado por esta deshonra (y como dice más tarde, porque amaba a Briseida) y a instancias de Tetis, Aquiles se negó a luchar y llevar a sus mirmidones junto a las fuerzas griegas.
Como la batalla se volvió contra los griegos, Néstor declaró que si Agamenón no hubiese enfadado a Aquiles, los troyanos no estarían ganando, y le pidió que le aplacase. Agamenón accedió y envió a Odiseo y a otros dos jefes para ofrecer a Aquiles la devolución de Briseida y otros obsequios. Aquiles los rechazó tercamente y pidió a los griegos que navegaran de vuelta a casa como él estaba planeando hacer.
Sin embargo, deseando conservar su gloria a pesar de su ausencia de la batalla, finalmente Aquiles rezó a su madre Tetis, pidiéndole que rogase a Zeus que permitiese a los troyanos hacer retroceder a las fuerzas griegas. Los troyanos, dirigidos por Héctor, hicieron así retroceder al ejército griego hasta las playas y asaltaron sus barcos. Con las fuerzas griegas al borde de la destrucción absoluta, Aquiles accedió a que Patroclo llevase a los mirmidones a la batalla, aunque él permanecería en su tienda. Patroclo logró repeler a los troyanos de las playas, pero murió a manos de Héctor antes de que lograsen asaltar realmente la ciudad de Troya.

Alejandro Magno, Rey de Macedonia


Más conocido como Alejandro Magno, fue el rey de Macedonia desde 336 a. C. hasta su muerte. Hijo y sucesor de Filipo II de Macedonia. Filipo le había preparado para reinar, proporcionándole una experiencia militar y encomendando a Aristóteles su formación intelectual. Alejandro Magno dedicó los primeros años de su reinado a imponer su autoridad sobre los pueblos sometidos a Macedonia, que habían aprovechado la muerte de Filipo para rebelarse. Y enseguida -en el 334 a. C.- lanzó a su ejército contra el poderoso y extenso Imperio Persa, continuando así la empresa que su padre había iniciado poco antes de morir: una guerra de venganza de los griegos -bajo el liderazgo de Macedonia- contra los persas.
En su reinado de 13 años, cambió por completo la estructura política y cultural de la zona al conquistar el Imperio Aqueménida y dar inicio a una época de extraordinario progreso e intercambio cultural, en la que lo griego se expandió por los ámbitos mediterráneo y próximoriental. Es el llamado Período Helenístico (323-30 a. C.) Tanto es así, que sus hazañas le han convertido en un mito y, en algunos momentos, en casi una figura divina, posiblemente por la profunda religiosidad que manifestó a lo largo de su vida.
Tras consolidar la frontera de los Balcanes y la hegemonía macedonia sobre las ciudades-estado de la antigua Grecia, poniendo fin a la rebelión que se produjo tras la muerte de su padre, Alejandro cruzó el Helesponto hacia Asia Menor (334 a. C.) y comenzó la conquista del Imperio Persa, regido por Darío III. Victorioso en las batallas de Gránico (334), Issos (333), Gaugamela (331) y de la Puerta Persa (330), se hizo con un dominio que se extendía por la Hélade, Egipto, Anatolia, Oriente Próximo y Asia Central hasta los ríos Indo y Oxus. Habiendo avanzado hasta la India, donde derrotó al rey Poro en la batalla del Hidaspes (326), la negativa de sus tropas a continuar hacia Oriente le obligó a retornar a Babilonia, donde falleció sin completar sus planes de conquista de la península arábiga. Con la llamada "política de fusión", Alejandro promovió la integración de los pueblos sometidos a la dominación macedonia promoviendo su incorporación al ejército y favoreciendo los matrimonios mixtos. Él mismo se casó con dos mujeres persas de noble cuna.
El conquistador macedonio falleció en circunstancias oscuras, dejando un imperio sin consolidar. El control sobre diversas regiones era débil en el mejor de los casos, y había partes del norte de Asia Menor que jamás se hallaron bajo dominio macedonio. Al morir sin nombrar claramente un heredero, le sucedió su medio hermano Filipo III Arrideo (323-17), que era deficiente, y su hijo póstumo Alejandro IV (323-09). Meros figurones, el verdadero poder estuvo en manos de sus generales, los llamados diádocos (sucesores), que iniciaron una lucha despiadada por la supremacía que conduciría al reparto del imperio de Alejandro y su fraccionamiento en una serie de reinos, entre los cuales acabarían imponiéndose el Egipto Ptolemaico, el Imperio Seléucida y la Macedonia antigónida.
Alejandro es el mayor de los iconos culturales de la Antigüedad, ensalzado como el más heroico de los grandes conquistadores, un segundo Aquiles, o vilipendiado como un tirano megalómano que destruyó la estabilidad creada por los persas. Su figura y legado ha estado presente en la historia y la cultura tanto de Occidente como de Oriente a lo largo de más de dos milenios, y ha inspirado a los grandes conquistadores de todos los tiempos, desde Julio César hasta Napoleón Bonaparte.

Leónidas, Rey de Esparta





Leónidas, militar y Rey de Esparta,Conforme a la educación espartana, Leónidas fue uno de los más grandes y reconocidos estrategas en combate cuerpo a cuerpo de la edad del bronce, y maestro en dichas técnicas, que hoy en día se toman como ejemplo de entrenamiento. En la Segunda Guerra Médica, en 480 a. C., Grecia entera estaba amenazada por la invasión persa, de manera que Atenas y Esparta, ciudades estado rivales, dejaron a un lado sus  sus diferencias y decidieron unir sus fuerzas para que sus pueblos no fueran devastados, y bloquear al ejército del Rey persa Jerjes I. Los atenienses se ocuparon del mar, al mando de Temístocles (quien derrotó con pocos buques ligeros a la inmensa y pesada flota persa en la Batalla de Salamina), y los espartanos por tierra. Los éforos de Esparta enviaron a Leónidas al frente con tan sólo 300 hoplitas y 4.000 soldados aliados, para combatir ante 125.000 hombres. os 300 hoplitas constituían la guardia real, a razón de un centenar por cada una de las tres tribus en que estaban divididos los espartanos. Este cuerpo estaba formado por ciudadanos de Esparta que contasen con algún descendiente masculino a fin de que, en el caso de fallecer en combate, no se extinguiera su familia. Recordemos que la ciudad tenía en su momento apenas 10.000 habitantes. Cabe destacar que si bien en un principio se estimó que fueron 300 espartanos los que defendieron el paso de las Termópilas, contra aproximadamente 1.000.000 de efectivos persas, las investigaciones modernas sugieren que durante los primeros dos días de asedio fueron 6.000 griegos contra 250.000 persas, una fuerza impensable para la logística de la época. En cuanto a la cantidad de griegos, eran en principio 300 espartanos, con apoyo de hombres de todas las colonias espartanas, y aliados como los beocios de Tespias. Al tercer día, el rey espartano envió a 4.500 soldados de vuelta a sus hogares, quedando sólo su guardia hoplita. Y dijo a sus hombres: «Desayunad bien, puesto que esta noche cenaremos en el Hades». Todo parecía en vano, cuando ese día, un traidor griego de nombre Efialtes, que significa 'pesadilla', condujo a Hidarnes, general persa, por un camino entre las montañas que conducía hacia la retaguardia de los griegos. Leónidas advirtió que esto podía suceder, por lo que había puesto 1.000 soldados voluntarios lugareños en este paso, pero ante el temor de tan vasto ejército, éstos se dispersaron, quedando los espartanos solos y rodeados entre dos flancos.
Dividió a su ejército y permaneció en el paso con 300 espartanos; 700 tespios y 400 tebanos fueron mandados a sus hogares para contar la heroica historia de estos guerreros espartanos. Fue tal el ímpetu con el que los espartanos lucharon, que la máquina de matar espartana terminó cuando Jerjes decidió abatirlos de lejos con los arqueros medos para no seguir perdiendo más hombres. Leónidas fue alcanzado por una flecha y los últimos espartanos murieron intentando recuperar su cuerpo para que éste no cayera en manos enemigas. La batalla duró cinco días y los persas, que pese a derrotar a los temidos espartanos, habían perdido 25.000 hombres, la flota naval había colapsado, y se habían retrasado notablemente el avance, lo que permitió la evacuación de Atenas y la reorganización de las tropas y las fuerzas navales, diezmando la moral de los persas y provocando un buen número de bajas.
Esparta lo enterró con todos los honores, incluyendo una exhibición de duelo no habitual entre los espartanos. En el lugar de su muerte se erigió un monumento con un león junto con una inscripción escrita por el poeta Simónides de Ceos que decía así:

   Oh, extranjero, informa a Esparta, que aquí
   yacemos, todavía obedientes a sus órdenes.